martes, 8 de diciembre de 2015

La genial leyenda de Cantuña



     Luego del asesinato de Atahualpa por manos de Francisco Pizarro en Cajamarca en julio de 1533, Rumiñahui, su medio hermano y líder indígena nacido en Píllaro, tomó las riendas del asunto y con su ejército, según dicen, de cinco mil hombres, fue hacia el norte procurando esconder los más valiosos tesoros y destruir todo aquello que pudiera significar algo positivo para los invasores. Así, llegó a Quito y guardó todo lo más valioso, aquellas joyas invalorables que jamás se encontraron. En esta labor le ayudaron personas de su confianza, pero aquellos que no lo eran fueron ejecutados.

    Entre los más cercanos a Rumiñahui esta un hombre llamado Guanga, cuyo sacrificio se produjo después, igual con Rumiñahui que murió sin nunca declarar dónde estaban los tesoros. Guanga tuvo un hijo llamado Cantuña, quien quedó en la orfandad y víctima de toda la violencia que causaron los conquistadores.
 
    Pasó el tiempo y Cantuña fue a parar en la casa de un soldado español quien lo acogió de pena y compasión. De pronto sobrevino la decadencia económica del español y ante esto Cantuña acudió ofreciéndole ayuda. No creyó el oficial hispano, cómo podía ayudar un jovencito tan desvalido y pobre como él, se preguntó. Pero su sorpresa fue grande cuando una noche le trajo en acémilas a regalar objetos invalorables que de inmediato solucionaron la penuria del español. Transcurrió el tiempo y este se convirtió en una persona muy exitosa aunque siempre se mantenía la curiosidad de cómo lo hacía. Jamás Cantuña reveló el origen de las riquezas.

    Con el paso del tiempo el soldado español murió y Cantuña quedó solo pero continuaba obsequiando riquezas a los frailes y organizaciones religiosas, quienes aceptaban para sí mismos y para embellecer los templos y conventos que hoy conocemos en Quito. Sin embargo, también se preguntaron sobre el origen de tanta riqueza, pero Cantuña no dio ninguna explicación. Fue tanta la curiosidad de los frailes que al fin Cantuña les dijo que había hecho un pacto con el diablo, quien le proporcionaba todas las riquezas a cambio de su alma. Los monjes así tuvieron miedo y no volvieron a insistir.
 
    Esta historia concluye con el famoso pacto con el diablo para construir el atrio de una capilla de la iglesia de San Francisco. Esta construcción debía hacerse en una noche, a cambio del alma de Cantuña. El plazo, el canto del gallo. Pero el tiempo transcurrió, luego de que miles de diablos trabajaban para concluir la obra, y amanecía sin que lo ofrecido terminara, siempre faltaba una piedra que se colocaba y se desprendía. Cantó el gallo. El acuerdo concluyó con al triunfo de Cantuña, quien salvo su alma de ir a parar el los quintos infiernos, mientras el diablo con sus huestes se alejaba enfurecido.

    Esa es la leyenda, pero por supuesto la verdad lógica es otra. Cantuña, último heredero de los secretos de los tesoros jamás encontrados por humano alguno murió. En buena medida las riquezas fueron a parar en los conventos, pero también seguramente en las haciendas de los frailes que levantaron sus fortunas en base al trabajo infame de explotación de los indígenas, auténticos herederos de los grandes tesoros.

César Pinos Espinoza
Periodista freelance
cefundamentos.blogspot.com Proyecto FUNDAMENTAL.

Los bordados y tejidos de MABEL 1.


martes, 24 de noviembre de 2015

Chile busca nueva estrategia por asunto salida al mar de Bolivia


    Restos de la Guerra del Pacífico: Museo de Arica, Chile.

    Calama es una ciudad importante de la región. Desde aquí sale el tren que, a través de los Andes y del altiplano, une el territorio chileno con la capital boliviana de La Paz. Es un trayecto muy visitado por turistas extranjeros de todo el mundo. De Calama a Chuquicamata hay 15 kilómetros. De ésta al pequeño puerto de Tocopilla, terminal de carretera hay unos 135 kilómetros. Cobija, o La Mar, célebre e histórica, más al sur, junto al mar, apenas figura en el mapa. Cobija fue fundado en 1578 por la colonia española. Fue un puerto, primero de la Audiencia de Charcas y luego de Bolivia, fue anexado a Chile luego de la Guerra del Pacifico. Se transformó en un importante centro aristocrático, cultural y económico antes de la fundación de Antofagasta por parte de Bolivia. Durante la guerra entre Salaverry y Santa Cruz que precedió a la consolidación de la Confederación Perú-Boliviana el puerto fue tomado por tropas restauradoras peruanas al mando del coronel Quiroga. En 1857 tenía una población de alrededor de 1.000 habitantes e inclusive una planta de desalinización de agua de mar, propiedad de José Santos Ossa. Desde aquí se organizaron numerosas expediciones, entre otras, la que descubrió el mineral de plata de Caracoles en 1870. Fue afectada por el terremoto de 1868, que destruyó la mitad de los edificios, y por la epidemia de fiebre amarilla de 1869. El terremoto con tsunami de 1877, que afectó a todas los localidades del litoral boliviano, destruyó las edificaciones que ocupaban las dos terceras partes de la población, por lo que las autoridades bolivianas del Departamento se trasladaron a Antofagasta, que había adquirido una gran importancia en ese entonces y que fue ocupada por las tropas chilenas, durante la Guerra del Pacífico, en 1879.


    El desierto de Atacama es una de las zonas más secas del mundo. Con una superficie aproximada de 363.000 km2, se asemeja en extensión a todo el territorio ecuatoriano. Situado entre las regiones de Antofagasta y Atacama, limita al oeste con las sierras que se extienden paralelas al litoral pacífico y que constituyen la cordillera de la Costa, al este con la cordillera Domeyko, al norte con el río Loa y al sur con el río Copiapó. Por su altitud, unos 610 m, las temperaturas predominantes son relativamente frescas, alcanzando un promedio de 18 °C. La vegetación es muy escasa. Durante el siglo XIX fue una región disputada por Bolivia, Perú y Chile, debido a la abundancia de nitrato de sodio y cobre. Desde 1904 se encuentra bajo control chileno. Esta fue la razón central de la guerra del Pacífico (1879-1884).
 
    Hoy la entrada de Insulza representa un cambio de etapa en la estrategia chilena ante la demanda marítima boliviana: desde este momento, el proceso no sólo será enfrentado desde el punto de vista jurídico, sino también político. “Chile es un país democrático, respetuoso del derecho, siempre abierto al diálogo”, señaló el exsecretario general de la OEA.
 
    Muchos ecuatorianos abogamos por una salida al mar de Bolivia. Antofagasta y toda esa zona adyacente fue territorio boliviano, incluso el Puerto La Mar, creado por Simón Bolívar. Las ambiciones mineras imperialistas "decretaron" una guerra que causó lágrimas y humillación a Bolivia, y lo peor, la sentenciaron a permanecer alejada del mar. ¡Una infamia sin nombre!
 
Fuente: Viaje al fin del mundo, de nuestra autoría.
 
César Pinos Espinoza
Periodista.