miércoles, 27 de enero de 2016

LA VIDA EN EL MUELLE DE SAN LORENZO


La historia de una mujer excepcional: Flora Tristán.



   
  Flora Tristán y Moscoso Lesnais nació en París (1803) y falleció en Burdeos, en 1844; fue una escritora y pensadora socialista y feminista de ascendencia peruana, fundadora del feminismo moderno. Su padre, Mariano de Tristán y Moscoso, fue un aristócrata y coronel peruano natural de Arequia, en ese entonces parte del Virreinato del Perú y miembro de la Armada española, y su madre, Thérèse Lesnais, francesa. Su padre no llegó a reconocer legalmente a Flora como su hija.

   Tuvo una primera infancia de lujo, y su casa era visitada por personajes que luego serían hitos en la historia como Simón Bolívar, que como el padre de Flora compartían sus orígenes criollos y vascos. Además se dice que Bolívar podría ser su verdadero padre, dado que habría sido amante de su madre. Esta situación de bondad económica y social se truncó con el deceso de su padre en 1808, cuando Flora apenas tenía 5 años, lo cual dejó a la familia en la pobreza. La falta de reconocimiento legal por parte del padre le impidió heredar los bienes que dejara éste.



   Dos años después de la muerte de su padre, Flora y su madre se trasladan a vivir a un barrio marginal de París, en los alrededores de la Plaçe Maubert, donde vivirán en condiciones penosas. A los 16 años comienza a trabajar como obrera colorista en un taller de litografía y con apenas 17 años, se casa con el propietario de éste, André Chazal, el 3 de febrero de 1821. En los 4 años siguientes tienen tres hijos, uno de los cuales muere, al parecer, muy pequeño; el otro se llama Ernest, y la tercera, nacida en 1825, es Aline; será la futura madre del pintor Paul Gauguin. Este matrimonio de conveniencia se disolvió a causa de los celos y malos tratos del esposo. A los 22 años Flora huye del hogar llevándose a sus hijos. Su doble condición de hija natural y esposa separada la redujo a la marginal condición de “paria”, como le gustaba denominarse. Chazal  la persigue incansablemente. Finalmente, logra un acuerdo judicial con Flora, por el cual se queda con el hijo varón, mientras ella retiene a la niña.

   No obstante, Flora desconfía de su marido y se marcha de París. Comienza su vida errante junto con su hija Aline. Gracias a la intervención del capitán Chabrié, en 1829 pudo remitir una carta a su tío Juan Pío Tristán y Moscoso que vivía en Perú, el cual durante cinco años le envía dinero para ayudarla en su pobreza. Gracias a Pedro Mariano Goyeneche, pariente de los Tristán, Flora viaja a Perú en 1832, dispuesta a cobrar su herencia y recuperar un puesto digno en la sociedad.

   El 7 de abril de 1833, justo el día en el que cumplió 30 años, Flora se embarca en Le Mexican. El barco pertenecía al mismo capitán Chabrié, quien le había facilitado el primer contacto con sus parientes peruanos. La travesía hasta Perú dura cinco meses, y tras desembarcar en Islay, Flora pasa a Arequipa, donde permanece hasta abril de 1834. Reclama a don Pío su herencia paterna, pero éste se niega a dársela; ciertamente Pío la trata de “sobrina querida” pero al no haber ningún documento que acreditara que era hija legítima de su hermano Mariano, no podía proceder de otro modo. Únicamente accede a pasarle una pensión mensual.

   Flora se traslada a Lima, donde permanece hasta el 16 de julio de 1834, fecha en que se embarca en el Callao con destino a Liverpool. Durante su estancia en Perú fue testigo de la crisis política de 1833-34, la guerra civil entre los partidarios de Agustín Gamarra y los de Luis Orbegoso.

   Flora escribió un diario de viajes acerca de sus experiencias en  Perú. El diario fue publicado en 1838, como Pérégrinations d'une paria (Peregrinaciones de una paria). 

    De regreso a Francia, emprende una campaña a favor de la emancipación de la mujer, los derechos de los trabajadores y en contra la pena de muerte. Ya había conseguido la separación legal de su marido y la custodia de sus hijos; sin embargo, André Chazal, enfurecido e impotente, intenta asesinarla, disparándole en la calle y dejándola malherida, en septiembre de 1838. Flora gana notoriedad en la prensa, y Chazal es sometido a un proceso que se le complica con la acusación de intentar violar a su propia hija Aline; finalmente es condenado a 20 años de trabajos forzados.

   Separada ya de Chazal, Flora publica en 1840, un coherente programa socialista en L’Union Ouvrière (La Unión Obrera), en donde clama por la necesidad de los trabajadores de organizarse y aboga por su "unidad universal" -la emancipación de los trabajadores debía ir unida a la emancipación de la mujer-; siendo la creadora de la consigna ¡Proletarios del mundo, uníos! Se convierte así en la primera mujer en hablar del socialismo y de la lucha de los proletarios. Karl Marx reconoció su carácter de "precursora de altos ideales nobles" y sus libros formaron parte de su biblioteca personal. En el texto La Sagrada Familia (escrito conjuntamente por Marx y Engels) en el capítulo IV -escrito solamente por Engels- (Die kritische Kritik als die Ruhe des Erkennens oder die kirische Kritik ald Herr Edgar) se hace una defensa de la feminista comunista Flore Celestine.

   Muere a los 41 años, víctima del tifus, mientras se hallaba en plena gira por el interior de Francia, promoviendo sus revolucionarias ideas.

Fuente: Wikipedia.

SEXTO ENCUENTRO DE CLUBES DE COMUNICACIÓN. CUENCA.


HISTORIA DEL ECUADOR. 1. EL TREN MÁS DIFÍCIL DEL MUNDO.