jueves, 28 de abril de 2016

Ecuador, fragilidad, valentía y esperanza



   Una nueva fecha fatídica para el Ecuador. Otra fue el 5 de agosto de 1949: Ambato, Pelileo, Guano, Patate...más de cinco mil muertos.
 
   Somos frágiles, muy frágiles, el globo lo es en la inmensidad del universo, pero es, extrañamente, una bomba cargada de energía. Queda evidente también la fragilidad del ser humano, la tremenda incapacidad de enfrentar problemas telúricos. El hombre nada puede hacer ante hecatombes de esta naturaleza y nada es seguro. Se trata de enormes fuerzas imposibles de controlar, ni siquiera de predecir.
 
   Los pueblos son una hoja en el viento, una pluma a merced de un huracán. Por donde pasan estos fenómenos naturales de acomodo tectónico dejan secuelas de muerte y destrucción. Y periódicamente visitan los más diversos lugares del planeta. Ningún lugar está libre...y no se sabe cuándo. A veces son leves los movimientos, por elevados que sean en la escala de Richter, pero suficientes para espantosas destrucciones. ¿Qué hacer? Poco menos que nada.


   Los habitantes del Ecuador y del mundo debemos comprender que estamos a voluntad de la Naturaleza, y por esa razón tenemos que templar el ánimo, ordenarnos y organizarnos para la ayuda mutua y la fortaleza espiritual.

César Pinos Espinoza
Periodista freelance.
Cuenca-Ecuador.