jueves, 20 de agosto de 2015

La Libertad de Expresión y los Estudiantes

 

Esta y las otras imágenes corresponden al Primer Encuentro de Clubes de Comunicación en Paute.
 
   El papel del periodista y comunicador en la sociedad actual es interesante, peligroso y mal remunerado. Muchos postulantes así lo entienden y están dispuestos a aceptar el reto, porque este profesional está destinado a aportar para “una sociedad mejor”, pero consciente de que para ello “tiene que ser mejor”: poseedor de una amplia cultura general, conocedor de técnicas profesionales y sobre todo, dueño de altos valores éticos y sociales.
 
Animadores juveniles
    El evento, como el realizado en la UNP, fue muy fructífero e interesante. Se mostró ante el auditorio los primeros resultados de los jóvenes que integran el Proyecto “Clubes de Comunicación Estudiantil del Ecuador”. Tania Párraga y Víctor Fernando Bravo, en su momento se dirigieron al público, cada quien con su mensaje: qué es un Club de Comunicación, el camino recorrido, las experiencias personales, las recomendaciones pertinentes.
 
     Esa vez, “voy a ser un abogado”, proclamó Fausto Moreno, estudiante del colegio Fray Vicente Solano, “pero requiero aprender a hablar en público y así defender a quienes lo necesiten; el objetivo no será específicamente hacer dinero, hay tareas mucho más importantes que eso”. Habiendo experimentado el “amor platónico”, dijo el expositor que era bueno y malo, pero toda la juventud concentrada allí, supo que ese es un instante en la vida de todas las personas, emocionante, de sufrimiento, pero que enseña y deja las mejores lecciones. Después de todo, quién no ha pasado por ese momento del primer amor, que rompe corazones, pero pone a prueba, justamente cuando los actores se encuentra desprovistos de todas la armas para vencer en tales circunstancias, pero que en todo caso y como sea, tienen el apremio de salir vencedores, pues en esos momentos ronda el suicidio, la desilusión, las drogas y la autodestrucción.
Horacio Valdez Martínez fue el organizador principal del evento en Paute.
Aprender a hablar con la verdad del corazón
    Cuán importante es aprender a hablar y expresar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se sueña, o “lo que se ha descubierto”. De ahí surgen las personalidades y los pequeños y grandes proyectos, de ahí se entiende lo que dijo un célebre personaje: “Podrán matar al soñador pero no al sueño”. Este mundo es confuso y lo es más para la juventud. Por ello es necesaria la creación de tribunas permanentes destinadas a jóvenes a fin de que aclaren sus dudas e incertidumbres, para hablar del amor, del dinero, del poder de la palabra, de los conflictos juveniles, de la vida…
 
     Y el tiempo, cuando lo que se trata es bueno, transcurre imparable. Los minutos con los jóvenes fueron rápidos, segundos. Preguntas por doquier, ninguna pregunta es mala, enseña, aporta, construye, y las respuestas también fluyeron, como el agua que se la deja correr, libremente, sin presión, con altura. Chicos y chicas aprendieron algo, por ejemplo, que no hay que temer a lo constructivo, que el miedo a emprender no apoya, que las cosas hay que decirlas en el momento oportuno, con las mejores palabras, que pueden hacer retroceder las más desaprensivas y egoístas expresiones; que se puede y se debe perdonar, sin que ello signifique ingenuidad ni pie atrás a la dignidad humana.
Miguel Zambrano, destacado expositor.
“A mí no me pagan para eso”
   Los Clubes de Comunicación Estudiantil y los foros con presencia juvenil hoy son una real necesidad en nuestra sociedad, en el campo y en la ciudad. Los gestores deben ser los maestros y maestras, con mística y entrega a una labor tan edificante. Creemos que aquello de que “a mí no me pagan para eso”, o “yo no tengo tiempo”, son justificaciones superadas, egoísmo que debe pasar de moda, porque el material con que se trabaja en Escuelas y Colegios “es oro en polvo, finísimo, valiosísimo”.
 
   “En el baúl de mis recuerdos encontré un antiguo amor”, dijo una chica del colegio Ciudad de Cuenca e invitó a jugar. Todos jugamos. Al fin o al cabo, la vida es un juego, quizá un “juego de abalorios”, como lo plantea Hermann Hesse: “No sabemos siquiera cómo Dios nos piensa / Con nosotros juega, somos greda en sus manos / que muda y maleable, ni llora ni sonríe: / y Dios la amasa, sí, pero nunca la quema”.
 
 
 
 
“El mundo no es, el mundo está siendo…”
    Y al término, hay que recordar la genialidad de Paulo Freire: “Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho”. “Enseñar exige saber escuchar”. “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. “Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre”. “Los llamados ‘ignorantes’ son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una ‘cultura del silencio’. “Es preciso reinventar el mundo y la educación es indispensable en esa reinvención”. Entonces, igual que en el texto bíblico de la Creación en seis días y el descanso del Hacedor en el séptimo: “El mundo no es, el mundo está siendo…”

César Pinos Espinoza
Periodista.