miércoles, 24 de febrero de 2016

La extraordinaria Hacienda El Tablón



   A fines de diciembre de 1828 y comienzos de 1829 La Mar con sus tropas pisó suelo lojano. Allí permaneció aproximadamente un mes. Luego estuvo en Saraguro, en donde estableció hospitales y sitios para la confección de ropa para sus soldados.  Entonces Saraguro tenía 6 mi habitantes, pero el cura Ordóñez los había alertado y salieron antes de la llegada de los invasores. Se registra que Urdaneta quemó el pueblo, es decir las casas de paja y los bosques aledaños, para evitar el regreso de La Mar que se había trasladado a Oña invitado para discutir las bases del tratado propuesto. Se produce la firma de las llamadas “Bases de Oña”, con el fin de evitar la guerra que al fin se produjo el 27 de Febrero de 1829, poniendo fin al diferendo con la batalla del PORTETE, siendo vencido el ejército peruano.

   Se dice que vino para esta firma el propio Mariscal Antonio José de Sucre en enero de 1829, invitado por Manuel Ignacio de Valdivieso y Carrión, y se hospedó en la casa de la hacienda El Tablón. También se alojaron allí personajes como el Coronel Daniel O` Leary, uno de los héroes del PORTETE, mientras Juan José Flores organizaba y daba órdenes desde Cuenca.

     Antes de la batalla del PORTETE, los campos de Saraguro, Oña y el río León mostraban una gran riqueza, se encontraban cubiertos de cedros, romerillos, canelos, laureles, nogales, caoba y más árboles frondosos que daban la madera necesaria para hacer los cajones requeridos para la cascarilla, oro, canela y más productos que salían de ese sector. Los bosques y los animales eran comunes para todos estos campos, hasta el comienzo de Yunguilla y El Papayal, en el que la frondosa selva tenía árboles de madera incorruptible, como el guayacán en varios colores, el bálsamo, el mismo nogal, pero negro-duro, chanul, el roble y una variedad muy grande de árboles cuya madera como el chantaco que en esa época solo se encontraba en la provincia de Loja. El bosque primario se hallaba lleno de numerosos animales: osos, venados, chontos, guatuzas, dantas, tigrillos, león de monte, monos y muchas aves de cacería, como el pavo real y el gallo de monte, bellas aves más tarde extinguidas por haber sido depredadas por cazadores lojanos y cuencanos que practicaban ese “deporte de matar”.

    Luego de la guerra los campos quedaron asolados, Saraguro se quemó totalmente, la casa de la hacienda La Papaya se destruyó y sus cosechas fueron quemadas por el mismo Urdaneta. Los bosques sufrieron por el fuego y la cantidad tan grande de gente que pasaba por allí abriendo caminos por doquier. La reconstruyó 10 años más tarde Mons. Mariano Valdivieso, y se cree que fueron 9 mil los soldados peruanos que por allí pasaron, aunque la cifra parece un poco exagerada, pues otros historiadores aseguran que fueron 8 mil.

Fuente: Monografía de la Diócesis de Loja. José María Vargas. 1966  

Tarqui Documentado. Ángel Isaac Chiriboga. 1961.