martes, 1 de marzo de 2016

La historia de Alonso de Illescas, líder de los negros de Esmeraldas.


 
   Alonso de Illescas nació alrededor de 1528, en África en la región de Cabo Verde, actual Senegal. Fue considerado un estratega, logró establecer oportunas alianzas con indígenas, rechazó a muchas expediciones militares en contra de los negros y los indios esmeraldeños, derrotando uno tras otro a los capitanes españoles. Estos acometían la empresa, con el afán de buscar las esmeraldas, el oro, la madera, la tierra, y también para evitar que los negros se aliaran con los piratas ingleses y causaran daños a los intereses españoles.

    A la llegada de los españoles al Ecuador luego de conocer a algunos líderes y liderezas del siglo XVIII, esto es en el siglo XVI. El presbítero Miguel Cabello Balboa, en su obra titulada “Verdadera descripción y relación de la provincia y tierra de las esmeraldas, contenida desde el cabo llamado Pasao hasta la bahía de Buenaventura”, relata con abundante detalle la llegada de un grupo de Afrodescendientes integrado por 17 hombres y 6 mujeres en octubre de 1553 a las costas de Esmeraldas.

     Alonso de Illescas es el líder más importante para los afroecuatorianos, es el máximo referente y en un símbolo de lucha, resistencia e inteligencia; un icono que marca la historia de los descendientes de africanos en el Ecuador. Nació en África, en la región de Cabo Verde, actual Senegal. A la edad de los 10 años fue capturado y llevado como esclavizado a España. Aprendió las lenguas nativas como una forma de dominio y control, estableció relaciones de parentesco vía matrimonio con las hijas de los caciques para mantener la paz luego de los enfrentamientos bélicos; así comenzó con los niguas al casarse con la hija del cacique principal y continuaría durante toda su gestión. Según relata Cabello Balboa: "... con cuyo favor de parientes vino a tener mando y señorío entre los negros e indios, producto de las uniones Alonso Illescas tuvo a su mandar catorce o quince mujeres que los años de cada una no exceden a la cantidad de todas".
La rebelión
   A la edad de 20 años aproximadamente, fue traído a América en octubre de 1553, en el barco de su amo Alonso de Illescas conjuntamente con otro grupo de esclavizados. El barco navegando desde Panamá hacia Lima, encalló frente a las costas de esmeraldas. El grupo de hombres y mujeres Afrodescendientes, a ver que el barco se hundía, huyeran al interior de la selva. Los indígenas que habitaban en ese lugar, al ver esos negros extraños, con armas terribles, abandonaron el pueblo; los negros se impusieron a los indígenas y posteriormente hicieron las paces y formaron alianzas. Alonso era ladino, valiente al guerrear, muy inteligente, conocía muy bien la lengua española y aprendió muy pronto las lenguas locales. Por su habilidad diplomática y militar, supo ganarse la simpatía y el respeto de los indios y los negros. El liderazgo alcanzado por Alonso Illescas se vio disputado por otro grupo de cimarrones -esclavos rebeldes-: los Mangache que dominaban la región de la Bahía San Mateo. La autoridad de estos linajes la ejercieron desde sus propios espacios de habitación a través de cacicazgos, donde había un jefe que tenía a su mando varias parcialidades conformadas por negros, indios y mulatos. En gran parte estas parcialidades estaban formadas por indios cautivos como los yumbos. Entre 1605 y 1607, bandas multiétnicas lideradas por negros atacaron estos pueblos que una vez sometidos se los destinaba a trabajar en chacras de los negros en condiciones de sujeción.

   Sus sitio de habitación – palenques - se encontraban en el monte: "... sus rancherías estaban en una hoya calidísima, húmeda y muy enferma, y jamás visitada de buenos aires, y atormentada de mosquitos, grillos, hormigas y otras sabandijas, y más residían allí, por ser parte escondida que por ser habitable".
    Sus acciones iniciales consistieron en rescatar y prestar ayuda a los náufragos que llegaban a la costa esmeraldeña, como fue el caso del mercedario Escobar proveniente de Panamá quien, frente a la ayuda de Illescas e interés por acercarse a la religión católica, inició labores de adoctrinamiento y bautizó a los cuatro hijos del líder: Enrique, Sebastián, Justa y María. La iniciativa de Illescas motivó a las autoridades españolas a enviar una misión a cargo del capitán Andrés Contero; ésta se tornó agresiva y en la búsqueda de suprimir el liderazgo negro en la región se capturó a Alonso con su familia. El líder negro logró que uno de soldados de la expedición, Gonzalo de Ávila, lo liberara; estableciendo vínculos de parentesco con el español al entregarle a de sus hijas como esposa. Jhoan de Reina y María Becerra, nuevos náufragos que llegaron a la costa esmeraldeña, fueron socorridos por Gonzalo Ávila y Alonso Illescas, quienes aprovecharon su presencia para enviar una comunicación a las autoridades.
 
    En el documento, Ávila manifiesta: "... que su suegro y el estaban entretenidos en aquella manera de vida por el temor que tenían al castigo, debido a sus culpas y delitos y que si hubiera alguna persona, que movida con piadoso celo, alcanzasen perdón de los que gobernaban la tierra del Perú, en nombre de su majestad, reduciría a sus servicios aquellas Provincias y que el que tal perdón les llevase sería de ellos bastísima gratificados de su solicitud y trabajo." Mediante la Provisión Real el 8 de julio de 1577 Miguel Cabello Balboa fue comisionado a "reducir a la cristiandad a los indios y negros de Esmerldas y abrir un camino entre Quito y el Pacífico". Muere en el año 1585.
 
Fuente: Wikipedia.